Farsas, mentiras, panfletos, entelequias
credos, doctrinas y dogmas ¡confusión!
todo es ficticio, un mito, una leyenda
un pasaporte hacia la sumisión,
bulos, noticias, embustes oficiales
leyes ambiguas para sentenciar
según quien sea el fiscal o el acusado
el demandante o el paria a quien linchar.
Guerras y hambrunas, pandemias y revueltas,
un videojuego de alcance universal
en que “ellos” mueven el joystick y señalan
quienes gobiernan y cuanto has de pagar
para poder empezar otra partida
sí en este juego la cosa te va mal,
un ajedrez con las normas a medida
para que ganen las blancas y su rey
pueda barrer de enemigos el tablero
dejando solo peones a sus pies
mientras se enroca, se esconde, se escaquea,
y gambitea a la reina por doquier.
Pulso el “Game over”, voy a la librería,
tomo ese libro que aún tengo por leer,
lleno mi copa de fuerza y esperanza
prendo la pipa y aspiro con fruición,
cierro los ojos y sueño un mundo nuevo,
una utopia en que poder crecer,
tomo plumilla, cuartillas y tintero,
siento un poema que pugna por nacer,
cierro los ojos y escribo por instinto
pero la pluma se quiebra en el papel
y me emborrona la mesa con su sangre
¡un nuevo aborto! ¡otra derrota más!
pero no doy la batalla por perdida
abro el portátil y empiezo a teclear…
¡aún está vivo, respira y patalea!
lo tomo en brazos y llora de verdad,
No hay más derrota que la que tú refrendas
no hay esperanza si dejas de luchar,
pulsa “Game Over” y empieza un nuevo juego,
no te resignes ante la adversidad,
vence al fascismo, la guerra y la injusticia
que hay un mañana donde recomenzar,
donde jugar en un tablero nuevo
con nuevas piezas, con jueces de verdad
¡no aceptes tablas por miedo a la derrota
lucha, pelea ¡no puedes claudicar!
que el mundo es tuyo si sabes defenderlo
da Jaque mate ¡no lo demores más!