Concédenos tu mirada para descubrir el destino,
colmados de tu sonrisa y tu balbuceo,
porque estamos aquí predestinados a tu amor,
sin conocer el tiempo que nos complacemos,
acumulando recuerdos como los ancestros,
que desgastan ya los ancianos huesos.
Concédenos tus oídos para escuchar la vida,
y atender el mensaje que nos da tus ingenuas manos
que indagan nuestras almas con la grácil caricia
que nos sostienen y reviven,
cuando te aferras confiado a nuestros meñiques
Préstanos tus pies para transitar los años
con tus pequeños pasos venceremos el miedo
corriendo en libertad, aprendiendo a levantarnos,
sosteniéndonos el uno al otro
nos detendremos un día y tu seguirás el camino
el del amor sincero y la sabiduría.
Nuestras voces se unirán en un solo canto
nuestras manos serán nidal para los pájaros
nuestros sueños alcanzarán el cielo
Y como brisa suave descenderán para ser palabras
Y renacer en versos