No sabía ya de placeres ni canciones
Sólo sentía las olas lamer mis pies en la orilla
Rememorando los sueños esfumados
Las lágrimas aún húmedas del ayer
Cuando el último barco arribó
Los poemas casi casi olvidados
Que me llevaron a otros cielos conocer
Las rosas que aspiré
Mirando cómo las corolas lentamente se secaban
La piel tersa
Que al contacto de otras pieles se encendió
Efímeros contactos cuya ceniza el viento dispersó
Todo ello era tan lejano ya y sin embargo aún
Las ruinas se erguían llamando a repoblarse
Desencantado de ver la llaneza en el horizonte
Apareciste entonces etéreo entre las nubes de arrebol
Al frente de ese navío de casco refulgente como nácar
Qué diferente admirar tu piel luminiscente
Tardío consuelo llegado a mis costas desoladas
La ansiada fantasía llamada a repoblar las ruinas
La marea, la pasión, la vorágine de aguas profundas
En mi costa solitaria otra vez hay jolgorio
A jugar la matatena bajan los astros
La curva luna bajo para saltar
La espuma danza en caprichosas formas
Brincan las ballenas
Cantan las sirenas
Me transformo entre besos y caricias
Labios de coral, cabellos de medusa
De tu brazo solo resta zambullirnos
A descubrir en los mares lo oculto