Te encontré en la primavera de mi vida ¿cuando fue? no lo recuerdo. Te perdí, pasó el otoño de mi melancolía y volviste de nuevo a sembrar rosas en mi primavera.
Te reconocí en seguida, no has cambiado mucho.
Bueno, el pelo bastante canoso, creo que algo de peso también y unas arruguitas más, pero sigues siendo muy apuesto.
Todo el tiempo permanecías a mi lado y yo vagando en el viento, ciega como un topo, no te veía.
Solo quería ser independiente de nuevo, volar libre, sin ataduras, no podía acostumbrarme a tu modo de ser, introvertido. Demasiado serio, y yo que me gusta tanto reír, bailar, ir a la playa y desde luego soñar.
Me sentía sola, aislada, tan lejos de mi familia, mi país. Quería irme, lo dije varias veces, te ponías furioso.
-" Tu familia somos yo y nuestros hijos, nunca pronuncies esa palabra separación".
Y un día encontré el cyber y con él, amigos de colegio, familia y fue mi verdadera casa.
Volví a cantar y reírme, viajaba por el mundo solo con un toque de teclado.
Y claro en estos lares yo era una ingenua, verdecita como dicen, todos eran honestos para mí. Hasta que en día me caí, y como dolió.
Bueno de todo uno aprende y me di cuenta que el único que me quería de verdad, eras tú.
Tú, con mucha paciencia seguías cerca, esperando que pase la tempestad. Nunca te alejaste ni te paraste de velar por mí.
La fe me hizo recobrar mis sentidos y abrir los ojos a la realidad. Y allí estas, esperando con paciencia. Vi tu sufrimiento, la angustia de pensar que me estabas perdiendo por otro quizás!! Y una luz se encendió en mí, recobre la vista.
Si la vista que hay dentro del corazón, esa lamparita que señala el peligro, color amarillo, como un semáforo.
Cada día, aprecio lo que me trae y sobre todo tu presencia. Le doy gracias a Dios por esos momentos con más humildad, respeto y cariño.¡Y no haya estrellas
Merche
2.10.10