Si viajases al pasado,
a ese momento en que actuaste mal,
y pudieses verte desde fuera de ti mismo,
como si fueras un simple observador:
¿te señalarías con el dedo para juzgarte?,
¿o acaso podrías decirte: “tranquilo/a,
mañana lo harás mejor”?.
¡Perdónate!…
El único lado bueno de la culpa,
es que indica que tomaste conciencia de tu error.
Pero no soluciona lo ocurrido,
y es una carga demasiado inútil y pesada.
Mejor hazte “responsable”:
cambia lo que puedes cambiar,
aprende de ese error,
y recuerda: ya no eres el mismo
que lo cometió.
No eres la misma persona que ayer,
ni tampoco la misma que mañana.
Lucila De Melo(MMGA)
Uruguay