Salva Sosof

Traiciones

Hubo traidoras y traidores en mi camino.

Llegaron a mi puerta como palomas heridas,

que ya no podían a las alturas sus alas elevar.

y yo, compasivo y misericordioso,

con mi vino y aceite, sus heridas curé;

vestí su desnudez con mis mantos de lino fino,

comieron los mejores panes de mi mesa,

en mis propias manos les di de beber,

y con mi vida les devolví la vida.

Pero, una vez que recuperaron el vuelo

a costa de mis cuidados silenciosos,

desde arriba, todas creídas, me miran y se burlan,

y cada instante me repiten: ¡no te conocemos!