Se fragmentó mi rostro contra el tiempo,
pero mis manos no quedaron vacías.
Se quebrantó mi alma contra los años,
pero mi espíritu no quedó en ruinas de muerte.
Se deterioró mi cuerpo contra los calendarios,
pero la fuerza de mis sueños se mantiene intacta.
El frío inmaterial del invierno sacía de soledad las entrañas
como el silencio de la noche sobre el mar insondable
sobre la tierra de desolación que deja el desierto
o el horror imaginario de la nieve eterna
Uno por uno pasan los recuerdos
como el fuego intenso devorando la memoria
dejando la nostalgia gritando sus insultos
donde siempre renace la ilusión
cual neblina cubriendo la playa desierta
Parece que todo el día lloverá
Y las gotas se fragmentan contra el concreto
como mi rostro contra el tiempo
pero su esencia no queda vacía
ni en ruinas de muerte.
La vida se mantiene intacta
a pesar del frío, la soledad y la nostalgia