¿Sabes que?, soñé que escribía.
Con muy poquitas letras,lograba fulgurantes palabras,inolvidables comienzos
y describia en dos frases toda la existencia.
Atrapaba las ideas una tras otra.
Y dejaba lectores atónitos e incapaces de creer que fuera posible
ser tan elocuente y económico a la vez en la verborrea.
Un impactante comienzo y un título subliminal,
cautivar al instante y ceñir cuan lazo, certero que busca
tumbarte por las patas.
Una tras otra se arremolinaban las palabras, se ordenaban
con cautivo celo, en fila se acomodan y me saludan con respeto
casi con cariño.
Les conmino, mejor dicho ¡les ordeno que cumplan con lo
propuesto, que no traicionen a su mentor y maestro!
Ellas responden firmes y alborozadas y me prometen su lealtad y respeto.
¡A responder a las ideas, a sus orígenes, y ser dignas
de su creacion y destino, de penetrar tras las mentes y de escribir
en los silencios!.
Yo las miro satisfecho, me siento protegido, derrotaremos el hastío,
haremos declinar los cuellos y los finales serán nuestros,
como siempre debió ser en todo tiempo de los tiempos. ¡Por la victoria id por ellos!...
Ya una sonrisa se me desliza por la comisura izquierda, y
los ojos se entecierran por la labor satisfecha
me apoltrono en el sillón, me regozo en mi almohada
y me despierto pensando...¿Por qué no se me ocurre nada?