Me creía un valiente y fiel guerrero,
muy osado, sin mancha y con honor:
un caballero sin ningún temor,
del infierno temible Cancerbero
guardando mi coraza en recio acero
no daba paso a tu gigante amor
en un mundo carente de candor
sin saber que eres último y primero.
Resquebrajada mi alma vi tu brillo
alumbrar cada espacio de mi cielo
que no lo opacará ni hoz ni martillo,
ni aun el águila calva en pleno vuelo,
porque eres fortaleza, alto castillo
para aquellos que sufren desconsuelo.
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