Entre las sombras del dolor y del humo,
Me logré encontrar a mí mismo.
La historia que ahora contemplo y resumo,
Empezó en el abismo más oscuro.
Desde el comienzo, traté de forzar sensaciones y conocimientos.
Nunca pude, las fabricadas emociones en las que miento,
A como engañadas se crean, engañosas golpean,
Y duelen… pero así hay que dejarlas que sean.
Estuve solo, por mucho tiempo solo en mis pensamientos,
Tratando de atribuirle significado a mi propio aburrimiento.
El deseo, me sacudió del mundo y de mi asiento,
Y me caí… se destruyó el mundo y el peso del momento.
El sufrimiento me convirtió en siniestro,
Ocupante del eterno resentimiento,
Causante de un ser sediento y cada vez más hambriento.
Sangriento, pesimista y crónico esclavo del presentimiento.
Después del comienzo hubo silencio, solo un momento.
Un momento frágil de silencio, paz y felicidad,
Un momento pequeño en el que fui feliz de verdad.
La verdad, mi realidad me hacía ignorar mis sentimientos.
Después del silencio encontré una perla entre el barullo de la selva.
Una esférica luz brillante que yo siempre quiero que vuelva.
Cuando vuelve me envuelve y desenvuelve,
Como un niño, y todos mis problemas resuelve.
Sería imposible explicarte, tan solo tratar de explicarte,
Todo lo bonito y todo el arte
Que trajiste a mi mundo cuando, en él, me encontraste.
El momento en que me besaste… y todo lo aclaraste.
Me di cuenta desde el comienzo que te necesitaba conmigo,
Que ibas a tener que quedarte conmigo y ser acompañante y testigo de todo lo que vivo.
Hoy en día solo estoy agradecido, eternamente agradecido y bendecido,
Por todo lo que vivimos y lo que ha sido, lo mejor que pude haber conseguido.
Pues me volví adicto de vos y de lo tuyo.
De lo tuyo, en lo que ahora me incluyo;
De tu amor, tan claro y tan puro, que siempre calmaba el barullo;
Y de lo bonito, tan bonito y exquisito, que se ha sentido ser tuyo.
Hoy te cuento que te amo, y que mi amor por vos siempre será sincero.
Te recuerdo que te amo, y que el amor tuyo es el que siempre yo prefiero,
Que me hace feliz pensarlo y, al universo, le agradezco,
Por cederme un lugar donde siento que pertenezco,
Por mostrarme, de la verdad, lo que quizás no merezco,
Por dejarme dejarte saber de todo lo que ofrezco,
Por la reacción que tengo cada vez que escucho tu voz,
Y por permitirme descubrir lo bonito y exquisito que es vivir con vos.