La luna que contempla tu belleza peina tus rizos, y esa, tu madeja, cascada azabache; brilla y ata con sus hechizos, de tu cabeza se desprenden hermosos hilos; un día serán metálicos, plata y concierto en el recital hermoso y bello, que junto, y sobre él, harán el peine de carey buscando la armonía entre tu cabellera y el desnudo y puro, azul cielo; en una noche donde serán los ángeles, los únicos observadores del arte de tu pelo, centinelas vigilantes, del bruno ahora, o, de la resplandeciente plata luego.
¡Eres hermosa! el velo que te adorna te hace una diosa; medusa, u otras, envidia sentirían, si al contemplar la noche, sola te observan tras la ventana, o tal vez, porque no... Sobre la hierba fresca, meneando tu cintura y tu melena, impregnando de fragante aroma cada estrella.
—✍️ Luis E. 🇨🇴