Un claro de luna ilumina mi pueblo,
en la noche sin sueño,
y a este junta letras que desde su patio
le da forma a su asombro...
Cuando sobre el viejo campanario,
camina muy despacio
la luna amarilla con soledad y miedo,
que de mi se va yendo...
¡Ay luna, lunita!
Con tu velo de frío empañado,
entre vaguadas y montes, por un atajo,
te abres paso por el cielo...
Linda con tu silencio,
que tienes un algo, un don infinito,
el cual ofreces gratuito,
mientras exista en la tierra el tiempo...