Princesita empoderada
que cambio todo su cuento
por el más fiel argumento:
¡Sentirse realizada!
Ya no es niña ilusionada,
Cenicienta en su lamento.
Vuela libre como el viento
es mujer emancipada.
Del amor ya no se afana
y su orgullo la renueva
al mirarse en el vitral
ya que anuncia en su ventana:
«Se regala casi nueva
zapatilla de cristal»
***
Ya no espera noche y día
a gallardo caballero
que a caballo y con sombrero
le devuelva la alegría.
Despertando su osadía
de aquel sueño lastimero
sabe ahora que es primero
disfrutar de su valía.
Ya no teme a los dragones
ni a las doce campanadas,
mucho menos a un dedal.
Tiene ahora convicciones,
ya no cree en cuentas de hadas,
lucha por un ideal.
D.R.