La puerta entreabierta, y yo expectante,
recreando mi espacio sacrosanto.
Sorprende la vida una vez cada tanto.
¡Resplandor, que tu gracia nos imante!
Risueña imagen, tierna, y anhelante,
con los juegos de lumbres entretanto
tú a mi lado y la danza de tu encanto
que perfumaba de jardín fragante.
Reactivo del día, de su fresa.
Y designio del halo de honda luz
tu silueta, que nunca empalidece,
la puerta entreabierta, a contraluz.
Cada día la recompensa crece
con el alud de luz que me atraviesa.
Pintura: \"Las preguntas\" de Magritte.