Plantas grandes y pesadas
se detienen sobre mi tronco,
sus hojas gotean silenciosas
para bañarme en su dolor.
Al lado un par de ramas
cargan tristezas muy graves
condenando al mísero árbol
a llorar entre las sombras.
Debajo, en la tierra húmeda,
la felicidad nos acompaña,
nuestras raíces se juntan
y nos liberan de la carga.