Sí tu fuerza me impulsa, cómo podría ser un manicomio mi vida y nunca aceptaría que vivimos juntos por locura ni que viviéramos con locura.
Me gusta más pensar en qué: no me necesitas, y que yo te necesito a veces, no tan pocas veces; para vivir en serio y como un profesional mi vida.
Con el formalismo, pero no por él. Pero si, con todo el amor que porta, mi mortal ser, y toda la fuerza que puedo tener para afrontar cada situación.
Con humildad y sencillez me aconseja, y te lo comparto, Don Loco. Para que nadie piense en partir o compartir, lo que es sólo nuestro.
No pienses que me pierdes; he estado, estoy y estaré en lo momento que puedo, en tú vida y para tu vida. Y más para los tuyos, por los cuales eres lo que más amo.
Porque también eres por lo que más he luchado y perseverado en lucha.
Cuándo te pierda, perderé mi brazo derecho, y aclaró que aprecio y valoro mi mano diestra.