¡Gracias Señor
lo has protegido!,
en su operación
lo has amparado;
y ahora ya
mi corazón,
sabe mi ruego
has escuchado.
Mi sobrinito
tan amado,
hoy en tus brazos
se durmió;
para que un doctor
lo curara,
con tu permiso
y bendición.
Porque conmigo
has estado,
en cada instante
de mi vida;
y siempre a mi
preocupación,
has procurado
una salida:
¡Gracias Señor
lo has protegido!,
tu inmenso amor
lo ha sanado;
como nos
prometió Jesús:
¡ruega al Señor
y ve confiado!.
Lucila De Melo(MMGA)
Uruguay