¿Cómo escribirte un poema
si vives dentro de mi
si vibras en mis recuerdos
si fuiste principio y fin.
¿Cómo escribirte un poema
si cuando cierro los ojos
aun percibo tu sonrisa
tus enfados, tus enojos,
si palpitas en mis venas
si atruenas entre mis sueños
que a veces son pesadillas
broncas, peleas, galernas
y otras son playas doradas
-olas, espumas y arenas-
jugando como dos niños
peleando como fieras
a ver quién era el más fuerte
y quien ganaba la guerra.
Fuiste una madre amazona
no fuiste una madre tierna;
trabajadora incansable
capitana de galera
siguiendo tu singladura
contra vientos y mareas
de férrea disciplina
en tu infinita tarea.
Hoy que he vivido una vida
Y otra queda por vivir
cierro los ojos y sueño
que soy un niño otra vez
retozando entre tu pecho
-besos, sonrisas, abrazos-
bebiendo de la Ambrosia
de ese maná de los dioses
que destilaban tus senos
Y daban vida a mis labios.
Pero los sueños, son sueños
y los sueños, sueños son…
una cerveza bien fría,
me siento al ordenador
y tecleo golondrinas
que vuelan sobre el papel
y hacen un nido en mi alma,
¡Cuánto te llego a querer
a pesar de los pesares
de mí mismo y de ese ayer
-un pretérito imperfecto
grabado sobre mi piel-
pues cuando cierro los ojos
vuelvo a tu seno otra vez
a ser de nuevo ese niño
que no quería crecer.