No tiene uñas mi ansiedad
ni mi soledad silencios
y creo ver otra vida
cuando me derrota el sueño.
A veces quiero perderme
y distender los lamentos
arraigados en el alma
y regados por el tiempo.
¿Dime qué hago con mi amor
cuando impera sólo el ego
en un mundo que va rápido
olvidándose del freno?
Hoy reclamo tu armadura
con su espada y con su yelmo
para enfrentar a la carne
que tiene en mí su gobierno.
Reconstituye tu ley
y escribe tus mandamientos
porque quien se cree sabio
termina por ser un necio.
Ayer construí en arena
y fueron vanos mis ruegos
cuando vi desmoronarse
mi fe junto con mi templo.
Me cansé de buscar fuerzas
y bramar como un sediento
cuando no se tiene el agua
en medio de un gran desierto...
No tiene uñas mi ansiedad
ni mi soledad silencios,
mas busco esa firme roca
para fundar nuevos sueños.
W.M®