Nos cruzamos algunas veces en el pasillo,
en silencio; nunca nos vimos realmente.
Quizá algún día levante la cabeza
y reconozca tus ojos como si, alguna vez, antes,
los hubiera visto en alguna parte.
Quizá tú me veas indiferente
o pienses en querer quedarte
en mí un instante, un tiempo,
algunos años o toda la vida.
No lo sabré hasta tener tus pupilas en las mías,
no lo sabré; quizá algún día.
Quizá lo intente mañana o pasado mañana
o alguna tarde que considere propicia,
o quizá solo me quede pensando, solo,
en lo que pudo haber sido y no fue,
porque no te miré y tú no me miraste.
O quizá lo hiciste, y nunca lo sabré.
—Felicio Flores