Iremos al infinito
con los ojos cerrados
y los corazones abiertos
y sostendremos las pulsaciones
en la punta de los labios,
con las bocas imantadas
con los sentimientos adhiriéndose
y los ojos penetrándose.
Sostendremos el vuelo
por tiempo indefinido,
mejor, sin tiempo;
nos internaremos
en las profundidades de las aguas;
bajaremos por un manantial
y subiremos por una cascada,
beberemos hasta saciarnos
y caeremos rendidos
sobre la hierba tibia,
y devolveremos el agua a la tierra.