Volví del sueño sin recuerdo;
desperté sin temeridad
me gratifica la claridad
vuelvo sano, vivo y cuerdo.
En el devenir no pierdo;
misterio estar despierto,
para caminar el desierto
desolado y caluroso;
el camino es pesaroso,
sin final y descubierto.
Vuelvo al punto de partida
hago el mismo recorrido
una y mil veces repetido
no me alcanza mi corta vida.
No camino el infértil pasado
de huellas austeras e imborrables;
recojo las flores del presente
que pintan de bellos colores
los malos ratos y sinsabores;
las estrellas insinuantes del futuro
siguen tan lejanas en su augurio
que las miro de soslayo y disimulo;
el futuro, pasado y presente
no dominan mi débil mente.