GUILLERMO JIMENEZ PAVON

El galgo

EL GALGO

El galgo pateaba intentando desprenderse de la cuerda. Aunque su amo siempre presumía de tener el galgo más rápido, no dudo en colgarlo, cuando se hizo viejo.
El cruel y desagradecido dueño, pensaba que ya estaba muerto y se marchó dejandolo colgado del árbol.
Un Ada madrina lo salvo y le dijo que pidiera un deseo.
—quiero que mi dueño tenga el mismo final, que ha querido para mí —dijo el galgo
Pasaron unos años y cuando se hizo mayor y sus fuerzas se mermaron, el cruel dueño fue abandonado por su hijo en un asilo y este no lo soportó y tres días más tarde, apareció colgado en su habitación.
GJPavón