EL GALGO
El galgo pateaba intentando desprenderse de la cuerda. Aunque su amo siempre presumía de tener el galgo más rápido, no dudo en colgarlo, cuando se hizo viejo.
El cruel y desagradecido dueño, pensaba que ya estaba muerto y se marchó dejandolo colgado del árbol.
Un Ada madrina lo salvo y le dijo que pidiera un deseo.
—quiero que mi dueño tenga el mismo final, que ha querido para mí —dijo el galgo
Pasaron unos años y cuando se hizo mayor y sus fuerzas se mermaron, el cruel dueño fue abandonado por su hijo en un asilo y este no lo soportó y tres días más tarde, apareció colgado en su habitación.
GJPavón