Igual que yo te amaba, jamás podrán amarte,
amor tan limpio y puro jamás podrás hallar;
con esa gran ternura, que sabe destilar
del alma el dulce anhelo, que tierno se comparte.
Mi vida la cifraba tan solo en adorarte
y fue mi sueño siempre poderte venerar;
vivir la gloria eterna, que siempre ha de entregar
de amor la llama viva, que sabe acariciarte.
Mas todo ha sido inútil, tu amor es utopía,
tus besos y caricias jamás podré tener;
y debo resignarme, paliando mi agonía
en busca de otra musa, que sepa comprender
mis sueños de poeta, mi dulce poesía
que lleva la dulzura de un bello amanecer.
Autor: Aníbal Rodríguez.