Empaqué Mi Templo
Empaqué mi templo y lo puse sobre mis hombros,
tras vivir en la yerta umbría de la indigencia espiritual,
dejé sus escombros atrás, y hacer de mi vida un ejemplo,
fue mi última plegaria en la penumbra, al salir de ese portal.
Antes de salir, llorando besé a mi madre en su cálida frente,
enjugué sus lágrimas con mis manos jóvenes, sedientas de
aventura por un mundo nuevo y desconocido, ¡Cualquier mundo!
Empaqué mi templo con todos los rigores de un hombre,
lo empapé de recuerdos de todos los amores pálidos
que apenas pude pepenar de las áridas arenas de mi alma.
Llené mis alforjas de risas alegres de mi padre para solaz,
y las colmé con sudores de su trabajo duro que colecté
de niño sagaz, cuando embebí todo lo sabio de su ser.
En mi rústico poemario inscribí de mi linda hermana,
las dulces risas que a diario, alegre nos galardonaba.
También ceñí mi frágil y rígida religión en mi frente,
como bandana y baluarte en mi mente, decidido
a luchar por ser el elegido, de todo lo justo y decente,
de acuerdo a los dictámenes de algún Dios omnipresente.
Aún llevo mi templo sobre mí, y mi templo me acompaña,
en descanso, ya nada me empaña el brillo encontrado,
en espera sobre aquel estrado, que hoy solo, contemplo.
Tommy Duque
August 22 2020
Riverview, Michigan.
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