Yo me dejaré ir,
tranquilo, sencillo,
por múltiples veredas,
que recorrerán, sin éxtasis
ninguno, pájaros y aves sin
rumbo fijo.
Fertilizaré los sueños adolescentes
de mi infancia maltrecha, cuando
los labios de mis amantes, se nublen
de tempestades ciegas.
Aquí cesarán ríos y helechos, y cerúleas
formas, de aspectos vitales y nocivos;
cuando yo sea amor, entre adormideras
maternales-.
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