Verónica Lozada

Tráfico de orquídeas

Soy el sonido de los durmientes antes de pasar el tren,

la noche que no fui y no estuve, una leve vibración de pulso.

Mujer que hace años se descubre en las sábanas ácidas de un diario

hojas amarillas de su propia piel,

amante que duerme entre recetas, terapias, letras

sin encontrar aquellas que describan el dolor de ser mirada

contrapuesta a toda verdad.

Sin que alguien pregunte: ¿Qué fue de ti?

Que no lloren por mí los secuestradores

sus marcas han hecho de mi alma otro ser,

cada día imagino escribiendo sobre las cicatrices los nombres de las que no vuelven.

Tengo dos abuelas, dos madres, dos hijos, dos amigas, dos ovarios

dos cuentas vacías y un tren de esperanza.

¡Ay fe de niña! Absurda fe a la que me aferro desde entonces... contando.

No vayas a los funerales

no te atrevas a dañar más el dolor de los que amo

de los pocos que se quedaron para verme renacer.

Soy el sonido de los durmientes y el tren pasando: Trac, trac, trac, trac, trac...

¡No te duermas! ¡Aguanta! ¡Tiene once meses ¡Seis años y sus manitas te esperan!

Aguanta... Trac, trac, trac, trac, trac... Ya va a terminar, va a pasar, llora bajito 

y aguanta. A g u a n t a

No te atrevas a ir a los funerales,

si vas, lleva el bate con que rompiste los ligamentos de la rodilla

balancéalo  en público

con la suficiencia en cierne

lleva, tus palabras incriminatorias cuando yo no estaba

tu sonrisa frente a mi padre, el robo permanente

tu buscarme en los rincones amenazante

lleva contigo cada juego que hiciste

para persignarte sobre la vida de tus hijos...

Trac, trac, trac, trac, trac...

Ya me arrastran del baño de minúsculos cuadros que se desprenden.

No pienses; estás en la alberca (línea de sol)  jugando con tu hermana,

 la hermana que nunca tuve, (alucinando) la sangre se mezcla con agua. (ríos)

“Había una vez un barco chiquito…” 

Mamá... mami, mamá ( si me muero se va a enojar mi mamá)

Este barco no supo navegar

La fe no puede contraerse, sujétate, toma las manos

cada corte será un bello tatuaje, no dejen de buscarme…

 búscame en tu memoria y piensa que sonrío.

Te prometo que sonrío...

Soy el sonido de los durmientes ya que ha pasado el tren,

vibración de hembra que contiene el embrujo de maja bailaora,

saldré para abrazarte, trac, trac, trac, trac...

Desde entonces me renuevo cada día, sus rostros jamás se irán, la belleza de volver,

no la pagan tus cuarenta mil sinrazones, tu ausencia, tu descaro,

mi lepra de hembra sobreviviente...

Tu mala leche con mi sal

A veces siento como te hubiera gustado que me quedara ahogada en sangre.

No vayas a los funerales

te dejaré una notita impregnada de cloroformo y clonazepam: \"Te amo tanto\"

y tengas bellos recuerdos del precio que te pareció mi vida.

Soy el sonido de los durmientes bajo el sol

expandiéndose orondos y rígidos

solitarios y largos como aquellas noches de mayo.

 

Bendita india que creció sobre mis pies

prieta maja de buena educación, porfavor y gracias

No te atrevas a leer mi texto sin sentir lo que significa ser mujer en esta tierra.

Soy los durmientes que no volvieron,

las manos que ya no tocaron a sus hijos

su voz indecente, la que nadie quiere escuchar...

No te atrevas a ir a los funerales

sin haber sepultado a tus amigos, corrido desnuda

intoxicada de miedo, sangrando la vida

tirando leche que tu bebé espera.

Soy la mujer que te perdona, cuestiona y respira

desde un motel sucio de Tepito que no he podido encontrar.

Soy cada una de ellas y ninguna

renacida desde el útero mismo de La Gracia.

No te atrevas a mirarme sin preguntar primero de dónde vengo y porqué soy. 

Verónica Lozada  Tráfico de Orquídeas 2011