Me acuerdo de ti todos los días.
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Despierto con las hebras de un mayo resignado
mientras escribo versos que no te han de llegar;
hurgando en tus recuerdos, rio por no llorar,
pues tu silencio aviva todo tiempo pasado .
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Vivo con la presencia de un adiós desdichado
que, al mirarme a los ojos, dejó de respirar.
¡Oh!, madre, este mi pecho, se abrió de par en par,
espera las caricias que el cielo se ha llevado.
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Hay un silencio extraño colmado de lamentos
lamentos que me culpan de las horas vacías,
de no haber apreciado sus fugaces momentos.
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Momentos que conservan viejas fotografías
y besos que mantienen vivos los sentimientos...,
se acercan y me hablan de ti todos los días .
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Fotografía y poema : Ramón Bonachi