No hay marco que tu belleza encuadre
porque no hay estrella que rutile más
amor como el tuyo nunca hubo jamás
mi ángel guardián eres tú, madre.
Que te quiero de manera sin igual
eres mi bella y adorada rosa,
a tí, la mujer más hermosa,
llena de mucho amor celestial.
Las madres son los luceros
en este desdichado mundo
son los refulgentes candeleros
del amor, el amor profundo.
Mamá, quisiera regalarte todo,
más te dejo mis versos cercanos
para darte así de algún modo
un presente hecho por mis manos.
No hay marco que tu belleza encuadre
ni corazón que a tu amor imite
comprenderé cuando mi flor marchite
que amor verdadero, sólo el tuyo, madre.