Canto a la luna
que dejan las resacas
sobre la playa.
Tiembla la noche,
los cuerpos se estremecen
y llora el alma.
Y es que estos cantos
embriagan y subyugan
los corazones.
La luna, arriba,
se seca las pestañas
tímidamente.
El niño, abaño,
contempla alborozado
tanto oleaje.
Y tú, poeta,
anciano y marinero,
¿qué es lo que sueñas?
Quizás en viajes
por mares y a la pesca
de la jornada.
Quizás en puertos,
en tascas y en canciones,
de los ochotes.
Quizás, tan solo,
sonrías a la luna
y a sus caricias.
\"...Cantan las olas,
alegres melodías,
en un susurro...\"
Rafael Sánchez Ortega ©
08/05/23