Matias 01

Duermo…

Duermo, cierro los ojos con ganas

de no querer abrirlos nunca más,

luego de estar alcoholizado y oliendo

a tabaco, a ceniza de muerto.

 

Cada vez que llegas se mueve el mar

-con vértigo y múltiple marea-

cabalgas silenciosa

hasta el lugar donde me arrastro ciego

lentamente, sin rostro

y sin corazón.

 

Cada vez mi aire es más pequeño, minúsculo,

pero con un silencio casto

guardando las cosas mágicas

de nuestra vida;

Y la noche que nos ha conocido, aquella

que nos hizo la vida,

bebe conmigo ahora, habla conmigo ahora,

siempre pregunta

donde estas y que recuerdo.

¡Entonces, bebemos más…!

 

Alguna vez, quizás, volveremos a estar

juntos.

Ahora solo queda mucha melancolía

y no hay remedio…