En ese cielo tan inmenso
Donde ahora vuelas libre por fin
Elevo mi vista recibiendo este día
Las caricias que nos faltaron madre mía
¿Por qué abandonaste tus sueños
En esa playa donde brillabas como perla?
¿Por qué enmudeció tu canto campestre
y pudiendo ser soberana
te colocaste grilletes?
La jaula donde te consumiste por años
Abrió su puerta dejándome aún
Con los brazos extendidos a tu espera
Mi alma presenciaba tu triste partida
Buscando lo que solo tú podías proveerle
Qué triste un final cuando impera
La amargura estancada en el corazón maternal
El miedo añejo a seguir sangrando
Aferrada tan solo a un frío rosario
y en un instante haito revienta
Dejando el cuerpo convulsionado e inerte
Baja unos momentos blanca paloma
Quiero sentir enteras tus nuevas alas
Encontrar en tu pecho el lugar omitido
La ternura destilar en tus ojos
Blanca paloma entibia mi alma
Y después verte partir nuevamente
A ese cielo tan inmenso y celeste
Escuchar tu canto joven y alegre
A ese madre divina a quien siempre rezabas
Blanca y bella paloma con amor te acogió