Las cicatrices del alma…
Tarde o temprano aparecen.
Emergen poderosas
cansadas del letargo de los años
hartas de tanta indiferencia
queriendo que las mires
que las reconozcas
o intentes por lo menos
no negarlas...
Las cicatrices del alma…
A veces
no son nuestras
y nos cuesta aceptarlas.
Al nacer las traemos
en la sangre heredadas
pues vienen desde antes.
Heridas ancestrales
que quieren ser sanadas…
Las heridas del alma…
También nos fortalecen.
Nos hacen más humanos.
Nos quitan la soberbia
de creernos mejores.
Nos dan sabiduría.
Nos hacen cada día
crecer y superarnos…
Las cicatrices del alma
son parte de la vida…