I
Si es cierto, no te he besado desde ayer en la tarde,
ni recorrí tu espalda con mi mirada triste.
Es triste sí, cuando no estás conmigo
porque estás conmigo en mi paso cansado
cuando desayuno aquellos chilaquiles,
o saco mi cigarrera para extraer un cigarro;
siempre estás conmigo ¡amor…! siempre conmigo
has tatuado tus manos en mis hombros
al igual que fundiste tus labios en los míos;
estas conmigo amor…. como se está la brisa
o el viento en una tarde callada.
Es triste por eso, que desde aquella tarde
no he besado tu boca,
ni acaricio tu mano ni escucho tu voz;
pero estas conmigo amor… aún en que las horas
transcurren sin detenerse a caso,
dejemos el preámbulo para otra ocasión
qué es eso de resumir absurdos y confesar mentiras…
hagamos una pausa y continuemos luego.
Por eso estás conmigo amor… porque te quiero.
Te quiero, sin decir el aburrido sermón,
ese círculo vicioso del que ama.
Para que le damos vueltas al asunto, el amor es: nosotros.
Es recorrer el centro hasta llegar al Zócalo,
es abrazarte breve hasta sentir tu espalda
cerca de mi pecho,
el amor es un poema que nadie ha escrito aún
sólo queda el boceto en el susurro
que se pierde en el oído
o en las caricias que recorren el cuerpo
-ojala que nadie lo escriba jamás-
Para ser yo el primero…,
estas conmigo lo ves…estás conmigo…sólo conmigo
y la muerte nos junta y nos recoge
nos enseña el eterno camino hacia la nada
-dónde estarás amor- Sólo conmigo.
Te haré el amor, en un colchón mullido
pondrás tu cabeza cansada sobre mi brazo
y un suspiro saldrá de entre tus labios.
II
Esperar es la oportunidad que da la vida
de estar contigo. Mirar tu cuerpo que se acerca
a mis caricias,
mientras el mío trasuda ese momento.
Que insignificantes son los minutos, cuando se pueden conjugar
mil vocablos sólo para decir ¡te extraño…!
Sé que no tengo una caja para guardar todas tus palabras
aquellas que te brotan momentáneamente
necesarias quizás… pero sublimes.
Sería mejor olvidarnos del protocolo, de los manteles largos,
de las miradas en el obscuro cuarto
dejemos que las manos hablen y los labios enmudezcan
con ese majestuoso y sencillo arte
de juntar tu boca con la mía mientras las prendas se desprenden
lentas, seguras, porque estás conmigo -amor-
sólo conmigo.
No le quitemos cobijas al tálamo
seamos una sola silueta cuando hagamos el amor,
retiremos de las palabra susurrantes el cairel
y
lo cursi…
(escuchas el “clik” del encendedor cuando enciendo mi cigarro
porque miro el después entre tus senos
aún camina mi caricia por tu pierna,
y tu beso caliente está en mi pecho)
Enciende el televisor vida mía, mientras el humo se esparce
confundiendo el aroma de tu sexo.
¡hasta mañana amor….hasta mañana!