Sergio Jacobo "el poeta irreverente"

SIEMPRE CONTIGO

                                                                    

 

I

 

Si es cierto, no te he besado desde ayer en la tarde,

ni recorrí tu espalda con mi mirada triste.

Es triste sí, cuando no estás conmigo

porque estás conmigo en mi paso cansado

cuando desayuno aquellos chilaquiles,

o saco mi cigarrera para extraer un cigarro;

 

 

siempre estás conmigo ¡amor…! siempre conmigo

has tatuado tus manos en mis hombros

al igual que  fundiste tus labios en los míos;

estas conmigo amor…. como se está la brisa

o el viento en una tarde callada.

 

Es triste por eso,  que desde aquella tarde

no he besado tu boca,

ni acaricio tu mano ni escucho tu voz;

pero estas conmigo amor… aún en que las horas

transcurren sin detenerse a caso,

dejemos el preámbulo para otra ocasión

qué es eso de resumir absurdos y confesar mentiras…

 

hagamos una pausa y continuemos luego.

Por eso estás conmigo amor… porque te quiero.

 

 

Te quiero, sin decir el aburrido sermón,

ese círculo vicioso del que ama.

Para que le damos vueltas al asunto, el amor es: nosotros.

Es recorrer el centro hasta llegar al Zócalo,

es abrazarte breve hasta sentir tu espalda

        cerca de mi pecho,

el amor es un poema que nadie ha escrito aún

sólo queda el boceto en el susurro

que se pierde en el oído

o en las caricias que recorren el cuerpo

-ojala que nadie lo escriba jamás-

             Para ser yo el primero…,

 

estas conmigo lo ves…estás conmigo…sólo conmigo

y la muerte nos junta y nos recoge

nos enseña el eterno camino hacia la nada

-dónde estarás amor-  Sólo conmigo.

Te haré el amor, en un colchón mullido      

pondrás tu cabeza cansada sobre mi brazo

y un suspiro saldrá de entre tus labios.

 

 II

 

Esperar   es la oportunidad que da la vida

de estar contigo.  Mirar tu cuerpo  que se acerca

a mis caricias,

mientras el mío trasuda ese momento.

 

Que insignificantes son los minutos, cuando se pueden conjugar

mil vocablos sólo para decir  ¡te extraño…!

Sé que no tengo una caja para guardar todas tus palabras

aquellas que te brotan  momentáneamente

necesarias quizás… pero sublimes.

Sería mejor olvidarnos del protocolo, de los manteles largos,

de las miradas en el obscuro cuarto

dejemos que las manos hablen y los labios enmudezcan

con ese majestuoso y sencillo  arte

de juntar tu boca con la mía  mientras las prendas se desprenden

lentas, seguras, porque estás conmigo  -amor-

sólo conmigo.

 

No le quitemos cobijas al tálamo

seamos una sola silueta cuando hagamos el amor,

retiremos de las palabra susurrantes el cairel

y

lo cursi…

(escuchas  el “clik” del encendedor cuando enciendo mi cigarro

porque miro el después entre tus senos

aún camina mi caricia por tu pierna,

y tu beso caliente está en mi pecho)

 

Enciende el televisor vida mía,  mientras el humo se esparce

confundiendo el aroma de tu sexo.

 

¡hasta mañana amor….hasta mañana!