He subido a la cima escalando palabras,
he subido a la vida abrazando distancias.
Éstas, mis letras más sentidas, buscarán recordarla,
en la noche infinita, en el mar donde mi amor aún naufraga
donde el faro de angustias ilumina el horizonte de soledades y esperanzas.
Yace mi alma resentida sin lograr atrapar a la magia
de la mujer más querida, de la piel jamás acariciada.
Oh tormenta esquiva, oh nube enamorada
en cada una de las esquinas emerge tu sombra alargada,
gota a gota, día a día el tiempo inexorablemente pasa,
es el río de besos que camina en el destino de sus blancas aguas.
Oh reina bendita ¿como llegar?, ¿como volar sin alas?
si solo son mis espinas las que duelen y pueden coronarla…
Oh reina bendita y tu que mereces todas las noches azules estrelladas,
tu que eres vendimia, sol y sombra de atardeceres naranjas bajo la parra,
tu que eres mi insignia, mi bandera de todo el universo de palabras…
tu que para mi tanto significas y a lo lejos alguien canta,
tu que de todo eres digna y yo que a lo lejos no te ofrezco nada.