Pensaron, que el poeta
había muerto,
qué se había apagado
su inspiración.
Se equivocaron,
aquí estoy de regreso,
resucitaron mis versos;
volvió a latir mi corazón.
Ni el frío invierno,
apagó mi llama;
ni el inclemente verano,
secó mi alma.
Seguiré escribiendo
muchos versos,
y más poesías.
Mientras, mis ojos te puedan ver,
y mi pasión siga ardiendo;
habrá inspiración para toda la vida.