Amar, es tal vez lo más noble de ser humano.
Te la juegas el todo, por el todo.
Sin miedo, sin mente, compartes tus alas.
Una mirada, una sonrisa, una caricia.
¡Que hermosas son las pequeñas cosas!
La mirada se ilumina. El corazón se agita.
El cuerpo se estremece, impotente, abnegado.
El alma quiere mudarse con su gemela.
¡Oh, brasa insoportable!
Saltar al vacío tiene riesgos.
A veces las cuerdas se rompen, a veces las cortan.
La ilusión construye caminos sin cimientos.
Caer y reventarse, son el resultado.
Aquello que no te mata, te hace más fuerte.
Falso. Siempre mueres un poco. Cambias.
El cambio se hace necesario. Forja armadura.
Te levantas en pedazos y recoges lo que puedes.
Hay que empezar de nuevo. Es solo una función.
Cambias hábitos, sábanas, lugares.
Consumir alcohol no perjudica la salud.
Estar ebrio o con resaca, facilitan vivir.
En ese estado los pensamientos migran.
En ese estado, los cajones vacíos, no están.
En ese estado no se autoflagela.
El camino se recorre con precaución.
Despacio. Agarrado. Sollozando. Mutilado.
Hecho un despojo, con ganas de sanar.
¡Y sanas!
Hay que evitar la confianza por la mejoría.
Porque, siempre puedes volver a caer.
Y el círculo vuelve a repetir.