La joven del día que hermosa camina por la calle Miraflores de la Colonia El Rubí, en su marcha distraída y azarosa adorna sin querer el existir, palideciendo con su belleza a las flores, con su modo de andar y de vestir.
Quien será me pregunto a mi mismo, sin atreverme a delinquir, quien será que me gusta su transitar, qué me gusta su vivir.
Cuando de repente hace la parada sube al taxi-Combi y despreocupada se sienta a mi lado y me dedica unos \"Buenos días\".
Que aprensión perturbar su alegría, qué intenso alterar su lozanía, con mucho disimulo hago al voltear pa\' verla y que me agarra en el intento y me regala una sonrisa.
Que ganas de volver a ser joven y no estar en postrimerias, en una mañana de verano con sol en mi querida Tijuana, y yo con la suerte de encontrarla día a día de lunes a viernes.
O quien sabe a mi edad una maldición matutina, ella baja en la calle cuarta, yo en la quinta, la despido en mi pensamiento \"adiós y hasta mañana\", doncella bella, quien fuera joven y no en postrimerias