Sergio DeBaires

¡Qué dulce!

Qué dulce que es tu mano cuando leve
oculta embriagadora  la sonrisa
que enciende en tu mirada un brillo aleve
y eleva en el suspiro la camisa.

Qué amargo que es el giro cuando breve
me oculta tu perfil y en su requisa
descuenta de mi haber sumando al debe
tu aroma que se vá: como una brisa.


Si vienes hacia mí yo me detengo
y estiro al infinito ese segundo
que creo que te tengo; y ..no te tengo.

Después cuando te vás; meditabundo;
pensando en tu vaivén yo te retengo
en la impúdica agenda de mi mundo.