Qué dulce que es tu mano cuando leve
oculta embriagadora la sonrisa
que enciende en tu mirada un brillo aleve
y eleva en el suspiro la camisa.
Qué amargo que es el giro cuando breve
me oculta tu perfil y en su requisa
descuenta de mi haber sumando al debe
tu aroma que se vá: como una brisa.
Si vienes hacia mí yo me detengo
y estiro al infinito ese segundo
que creo que te tengo; y ..no te tengo.
Después cuando te vás; meditabundo;
pensando en tu vaivén yo te retengo
en la impúdica agenda de mi mundo.