Cargas dos diez en la espalda y sumas un dos para aparentar.
Y es asi, me gambeteas y pierdo tu marca, a veces ya no quiero ni jugar.
Vos sabes, hay algo en vos que me encanta, aunque no lo sabría deletrear. Pero aún guardo en mi manga una carta, y es la que todavía me da para reaccionar.
Y aunque seas mi contrincante, siempre busco que estés bien. Hoy por hoy elijo pensarte de nuevo, aunque mañana me pueda hacer mal.