Madrecita,
Ayer lloré con mi solloza pluma.
Con lamento y su voz callada,
que te gimió, blancas palabras.
Pero...
Hoy Sonrío, con mi gozosa pluma.
Con sosiego y potente grito,
de las negras letras, que le fluyen.
¡Porque mi Madre, está despierta!
Mi bella flor, sé que no te marchitaste.
Muy sonriente y contenta, esplendorosa,
Llegaste victoriosa a tu entrada triunfal, mi bella rosa.
Cuando, por divinas escalinatas doradas te marchaste.
Renovaste, pétalo a pétalo, tu floreciente madrigal.
Hoy que descansas,
No existe para ti, el sufrimiento,
Tampoco, los afanes, ni la angustia.
Con mucho cariño, les deseo;
Un Feliz día a mi Madre querida.
Y a todas las Madres Bendiciones.