Entre los pastizales de esmeralda
un bello David apacienta su rebaño
y las Musas en su cabello castaño
le colocan laurel hecho guirnalda.
Rostro de rosa, alma de artista
tan lírico y dulce tañe la lira
música divina en el aire gira
hasta el cielo zafir y amatista.
Coronado con laureles y gladiolos
al escuchar su música bendita
del Olimpo baja la bella Afrodita
deseando saber si él es Apolo.
¡Pues su música enamora el corazón
envolviendo en nube melodiosa
ya no sabe la divina diosa
si está en Belén o en el Helicón!
Es el mismo don, es el mismo quid,
ante tan bella escena como esta
en su pregunta, tiene su respuesta
David es Apolo, y Apolo es David.