El tiempo pasa.
En cuestiones
del amor,
nadie se salva,
….todos somos culpables.
Las manos,
en algún momento
de nuestras vidas
las ensangrentamos
al dejar pasar
el verdadero amor.
Sutilmente, la indiferencia,
fue certera,
no se podía tener piedad,
la vanidad, el orgullo
no lo permitían.
Ahora, que la sabiduría
llegó….nos recuerda,
era el verdadero.
Y, es por eso, que,
la locura
de un encuentro….ansío,
para sin prisa besarte,
la calma
de tus enojos,
la tempestad
de tus silencios,
el yerro candente
de tú mirar,
que me evita….lo prefiero,
a dejar pasar la oportunidad
de decirte….te quiero.
Así fue,
como el tiempo,
nos tendió una trampa,
el pasaba, sin avisar.
Amor mío.