\"El sentimiento es todo. El hombre es sólo el humo que nos vela la celeste llama.\"
( J. W. Goethe )
Bajo el álgido tumulto que desciende por mis venas
como fosa en que los sueños, agitando la memoria,
entre dientes me susurran qué es mi carne aleatoria:
Vacua estatua amalgamada. Corazón sangrante en penas.
El reloj se ha detenido, desertor de toda historia,
y me avanza el fuego impío por las calles del dolor.
Los cristales retroceden como signo de un amor
que no tiene ya esperanza, que es metáfora ilusoria.
Un océano pretérito sucumbe ante mis ojos
y descuelga lentamente las arañas de mi techo.
El camino, ya vencido, es un páramo de abrojos
que, enhebrándose aguzantes, por la piel hacen un lecho.
Y me pudro en el silencio temporal de mis despojos
y mi espíritu se eleva, libre al fin de su desecho.