Ven, brilla, como hermoso lucero
cual cadena de estrellas de Orión
brilla como anillo, obra de herrero
cual si fuese, para Salomón.
Ven como un lucero, encendido
brillando, cual diamante puro
como corona de oro bruñido
cual si fuese, para Arturo.
Entre las luces de un ardid
brilla con los rayos matutinos
como cetro de los reyes divinos
cual si fuese, para David.
Como un lucero, ojo de lubricán
cual metal fundido en hechura
para una legendaria armadura
cual si fuese, para Genghis Khan.
Ven palpitando, oh, lucero mío
junto a Venus, diosa radiante,
eres mi amor, lucero brillante,
y Venus, amor de Rubén Darío.