A la retaguardia del tiempo,
sin un reloj que me mire,
sin prisas ni ajetreo.
A espaldas de la expresión,
de manecillas quietas,
en la cumbre de lo eterno.
Yo te amé, !te amo¡
sin promesas y sin pasos,
sin la tormenta que al río
hace inquieto correr.
Te encontré en un rinconcito
de la esfinge celeste,
Un río de agua sonante,
bañaba perpetua tu alma
y yo me eché a su caudal
cual loco serrano
que no teme a morir.
Yo te amé, !te amo¡
y es mi amor infinito,
y es perpetuo mi amor.
!Quien dice¡
que las cosas acaban,
que terminan suspiros
que la vida, que el amor,
que las estrellas pasan..
Qué iluso quien lo creyó.
Yo te amé ¡te amo!
y mi latido es sempiterno,
es una caricia sin muerte,
sin reloj, sin tiempo,
sin ríos de agua corriente
ni vientos que a la nada
se lo lleven.
Yo, soy tu corazón
que late, ayer, hoy
y siempre!!!