Existe una cara en el amor que puede asustar al mismísimo demonio. Una cara oculta que se alimenta en la oscura mirada y que roza la demencia. Una mirada que escudriña y nace, en las entrañas desnudas de una bestia que duerme irracional y perversa detrás de la piel. Es el rostro del amor que nadie puede ver, que crece en la tierra de la locura, con una forma de maldad inimaginable, una locura que viene desde las sombras, sombras envenenadas, sombras que crecen como gigantes en la oscuridad y el miedo.
¡Oh amor!...¡amor!, cuanta tragedia dejas cuando los demonios caen como rayos en tu alma enamorada, cuanto caos tu corazón derrama, como tus venas incendia esos ojos que se llenan de odio; y donde crecían flores, la tierra es arrasada, y donde los besos sanaban, ahora sangran al corazón de muerte, como mil malditos escorpiones.
Pero el último acto se reserva lo mas perverso, un acto sin límites, donde el mundo espantado observa los restos de algunas vidas, y luego de tanta locura, el mundo con ojos perplejos, podrá apreciar la nefasta obra del mal en nombre del amor, por esos celos diabólicos...que ni el mismisimo diablo podría entender.
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El femicida asesina mujeres inocentes, aterrorizadas y vulnerables... pero además, nos termina asesinando a todos el alma, y hace que la noche en el mundo sea mucho mas larga y mas negra, porque allí, es donde la conciencia humana debería llorar sin dormir...lo que antes debería tratar de evitar.
Dios salve a los huérfanos.