El amor es la fuente interminable,
de versos que brotan sin cesar,
el corazón es el pincel diáfano,
que pinta los más hermosos paisajes,
uniendo las rimas con maestría,
creando poesía que deleita.
En cada verso un sentimiento,
que late al ritmo de su cadencia,
palano,
que plasma sobre el lienzo del alma,
un poema más hermoso que el mundo entero.
Una poesía que se extiende por los cielos,
que se adentra en los mares más profundos,
que abraza a las montañas más altas,
y acaricia con ternura a los pajarillos.
Es un poema que nace del amor verdadero,
que emana de nuestros corazones entrelazados,
que se convierte en la melodía más dulce,
y en la sinfonía más sublime de la vida.
Es un poema que se escribe cada día,
con besos, caricias y sonrisas,
con miradas que se funden en la eternidad,
y con abrazos que nos hacen sentir que volamos.
Este poema es infinito, como la luz del sol,
y siempre será el más hermoso del mundo,
porque es el reflejo de dos almas que se aman,
y que juntas crean la poesía más larga y bellísima del universo.