Cinco columnas, soportan mi aliento,
a veces de humo, otras de mármol dorado.
Cinco vidas hallo, unas dentro de otras,
como las cuitas de la cebolla
las negras semillas, en la tierna manzana.
.
Cinco, son los sentidos,
que mi cuerpo herido,
aprendió a desear en el tuyo.
Cinco dedos, los de mi mano diestra,
poeta y sepulturera,
pródigo arado, sobre tu faz estéril.
.
Impar número, cinco, de pétalos al viento
donde el “me amas” liberado
va siempre, siempre … primero.
02/10/10