Pasá que te cuento - Miriam Venezia (Marca y Logo Registrados)

Madurando

(Nunca es tarde)

 

Mayo de 2013

Es temprano para mí, y me despierta el sonido de sus pasos, que arrastra por el pasillo. Va al baño y luego se dirige a la cocina. Son tantas sus ganas de conversar, que me despierta. Lo hace cada mañana. Me provoca un poco de fastidio, y no quiero decírselo porque, poniéndome en su lugar, la entiendo, mas no puedo evitar un íntimo bufido mezclado con bronca; opto por disimular con un correcto “buenos días” ...

Abril de 2014

Es temprano para mí, y me despierta el sonido de sus lentos pasos, que arrastra por el pasillo. Va al baño y el espacio de silencio hace que vuelva a dormirme, sólo un momento; se dirige a la cocina y escucho el sonido del agua cayendo ruidosamente en la pava. Son tantas sus ganas de conversar conmigo, que con cualquier excusa me despierta. Lo primero que pienso es “no tiene en cuenta que luego tengo que ir a trabajar y quiero dormir un rato más”, por eso no escatimo un afable “buenos días” ...

Marzo de 2015

Es temprano para mí, y me despierta el sonido lento y acompasado de sus pasos por el pasillo. Va al baño. Dormito un momento más esperando escucharla dirigirse a la cocina. Siento el fresco sonido del agua llenando la pava. Son tantas sus ganas de estar conmigo que al ratito llega con su tierno mimo de cada mañana, ofreciéndome un beso y abrazo, que compartimos con un mutuo sentimiento de amor y alegría, y con el infaltable y entusiasta “buenos días”. Entonces, después de saborear su rico mate, me levanto y conversamos largo rato, mientras mechamos la mateada cantando algún tango, que recuerda y afina perfectamente. ...

Febrero de 2016

Es temprano para mí, y me despierta el sonido silencioso de la casa.            Repaso mentalmente la rutina. Voy al baño y luego a la cocina. Lleno de agua la pava, preparo el mate y te pienso con nostalgia. “Son tantas las ganas que tengo de estar contigo” y siento que estás, que te tengo conmigo y te recuerdo con alegría. Quiero contarte que ya no tengo deseos de quedarme en la cama, que cuando me despierto, por un instante, siento que vas a entrar a despertarme con un mate calentito y que podré abrazarte, para decirnos amorosamente “¡buenos días!”.

 

Miriam Venezia

17/05/2023